Es llegar y desconectar del mundo, es mirar al cielo y pensar que estás en el Amazonas, es ese punto salvaje que me encanta, es el sonido sordo de las cañas de bambú moviéndose al unísono, ese fresco de la naturaleza en estado puro… eso, y mucho más, es Huerto de Bonet.

Hacía tiempo que no iba y a esa boda no podía faltar, me hacía mucha ilusión! Fue llegar y reencontrarme con el espacio. Acordarme de las bodas tan bonitas y súper divertidas que hemos organizado allí… todavía recuerdo el día que España pasó a semifinales en el anterior Mundial, era la boda de S&R, la gente estaba entusiasmada con una pantalla enorme durante el aperitivo… este año no hemos pasado ni la primera fase…

Llego y me acerco a las mesas. El mantel es blanco, en el jardín con tanto árbol es el color que más me gusta! Sillas de hierro con asiendo blanco también.  La decoración de las mesas, todo un acierto, de La Tartana, a base de girasoles, paniculata y flores silvestres con toques morados en cuencos de cristal y rafia… combina perfectamente con el vaso rosa y el bajo plato de rafia oscuro.

Pero sin duda es la ceremonia entre cañas de bambú lo que me deja con la boca abierta. Fue la novia la que eligió ese sitio y va a traer cola porque es una pasada.

El buffet de huevos con tostas y migas ya preparado, el puesto de cerveza fría esperando a entrar en acción, Jaime de Audioprobe con sus equipos de música a punto… En cocina todo en orden. Llegan los invitados, veo a los padres del novio, a Nachete y le hago mil fotos… Entra el coche de la novia: muy guapa, sonriente y feliz.

Nosotras dando vueltas, saludando y controlando a la vez…

Gracias G& B por dejarme colar en vuestra boda!

PD: Se rompieron los pronósticos y no calló ni una gota.