Estoy acabando de pintarme los labios. Llevo un traje negro de crepe de manga larga por encima de la rodilla. Como lo veo un poco clásico, lo voy a combinar con unos botines de tacón y mi cazadora  vaquera con lentejuelas; en la cabeza, un casquete de Tousette y es que, desde que estoy enganchada a la serie “El tiempo entre costuras”, me apetece todo ponerme cualquier cosa en la cabeza, a cualquier hora  y en cualquier sitio, como hace Sira.

Cuando estoy invitada a algún evento, en este caso un cumpleaños, y además hacemos nosotros el catering, hay dos sentimientos contrapuestos. Por un lado, agradezco muchísimo que confíen en nosotros (y esto, que quede claro,  es lo más importante) pero por otro lado, no dejo de estar preocupada porque quiero que todo salga perfecto, y mientras tanto, yo estoy ahí, presente entre todos los invitados… Me siento como si estuviera en un examen y claro, me pongo de los nervios! Sé que hay gente que no lo entiende, pero  que más me gustaría a mí que estar disfrutando, como si la cosa no fuera conmigo. Os aseguro que  lo he intentado y es imposible. Normalmente, hablo un poco más de lo que escucho, pero cuando estoy en el evento como invitada, no hablo pero tampoco escucho, estoy ausente mirando por el rabillo del ojo al camarero, las bandejas de comida… Cuando llega el momento de la barra libre suelo estar más relajada y, si me tomo alguna copa,  empiezo a ser yo otra vez.

He llegado 20 minutos antes, he venido andando desde casa y ya estoy subiendo por la imponente escalera del Mirador de Comedias, la cúpula no puede ser más bonita. Veo que todo está en orden, saludo a los camareros y entro en cocina para ver cómo van. Los invitados están llegando, somos cerca de 80. El menú es un cóctel con varios buffets de apoyo en mesa: jamón, quesos y ostras. Nuestro amigo Don Polo está tocando el saxofón en directo, canciones antiguas. Entro y salgo a la cocina varias veces más, me tranquiliza comprobar que entre bambalinas todo sigue controlado.

He probado las  quesadillas fritas, buñuelos de maíz thai, helado de sobrasada sobre tosta de queso y aros de cebolla, mini-sándwich de higo y jamón, chips de berenjena con miel, huevos escalfados con salmón y salsa holandesa,  vol- au- vent de perdiz estofada con verduritas… No he comido ostras porque no me gustan pero  hay gente que se ha puesto las botas. Lo mejor del postre, el mini suizo con helado de vainilla y el dunkin donut de chocolate.

Son ya las doce y bajan las luces, me pido un vodka con naranja y empieza mi momento peonza…

El Mirador de Comedias es un espacio multifuncional en pleno centro de Valencia donde poder hacer celebraciones de cualquier tipo: bodas, cumpleaños, bautizos, exposiciones, presentaciones, show rooms… Además tenemos un taller de cocina donde se impartirán clases a partir de enero.

Os invitamos a la jornada de puertas abiertas del Mirador de Comedias que tendrá lugar el próximo miércoles día 4 de diciembre en la Calle de las Comedias, 7 (primera planta). Horario: desde las 11.00h hasta las 22.00h, ininterrumpidamente.

Ven a tomar un café, un vino, ven solo, ven toda la tarde, ven un momento, ven con quien quieras… te esperamos!