Ha sido un verano algo diferente, hacía mucho tiempo que no nos acompañaba en casa el lloro de un niño, los ruiditos de bebé, los cólicos… La verdad, no puedo parar de mirarlo, y no es que sea precisamente muy niñera pero con mi sobrino todo es diferente. Veo como cambia cada día, como va fijando la mirada, como está cada vez más despierto. Ahora cuando veo un niño por la calle lo comparo con él, pienso si será más mayor, si lleva faldón o va más informal o si el nuestro es más guapo… jaja… Se me va un poco y lo sabéis.

Nuestra casa ha estado repleta de gente, al completo, han venido mis tíos, mi prima con sus niños y más visitas. Las comidas y las cenas han sido toda una celebración en la que estaban presentes los piratas, las peonzas y algún que otro caballero negro… Mi pobre madre no ha parado de cocinar, sinceramente creo que sus vacaciones empezarán cuando nos vayamos todos.

También he tenido un poco de Norte. Fresco, fresco pero se agradece. Navegar por el Cantábrico y ver el Palacio de la Magdalena desde el mar, con chubasquero en pleno agosto, es otro cantar. Si no fuera Este, que lo soy, y a mucha honra, sería Norte.

Y hoy, justo hoy, vengo de comprar mi nueva agenda escolar, la misma que uso desde el colegio, y en ella estoy escribiendo mis propósitos, mis nuevos propósitos de mi año, el escolar. Siempre es la misma agenda pero varía el color, este año la portada tiene varios colores, es muy animada y me da alegría para este otoño, mi estación favorita en contra de la opinión de la mayoría.

Bienvenidos a la rutina, al orden y al casi otoño,  y para no desviarme mucho de la esencia del blog os dejo algunos platos que hemos comido de este verano, y que sepáis que pronto os traeré alguna nueva boda, así que estad bien atentos.

Para los que estáis a régimen: ensalada de patata, tomate,  aguacate y langostinos

Para los días más calurosos: gazpacho con tostones y pimiento verde

Para los que os gusta el pato: ensalada verde con tomate, champiñón, nueces, manzana  y pato

Para los días de más frío: canelones rellenos de espinacas y piñones al horno con bechamel

Para los clásicos: albóndigas con salsa, guisantes y carlota

Para los nostálgicos de navidad: trufado con compota

Para los que no tenéis colesterol: longanizas, morcillas y choricitos con pisto

Para los que queréis algo de pescado: rollitos rellenes de brandada de bacalao al horno

Para los que queréis algo básico pero imprescindible: patatas fritas de la huerta, las mejores!

Para rellenar huecos: quesos y panes variados

Para un día triste: Tocino de cielo con nata

Para los que buscáis lo más de lo más: bavarois de café (no subió demasiado, lo reconozco, pero estaba buenísimo)