Hay cosas que no cambian a lo largo de los años y una de ellas es mi agenda escolar. Llevo usando la misma desde hace más de quince años: Finocam semana vista. No, en esto la tecnología no ha ganada la batalla. Ni la agenda de Outlook, ni la Blackberry, ni el IPhone, ni la HTC… porque probarlo, lo he probado todo, y no hay nada como mi agenda en papel, llena de notas, citas y tachones. ¡Cuánto me gusta tachar lo que ya he hecho!
A finales de agosto, sabiendo que en breve compraré mi nueva agenda, voy despreciando la antigua. Ya le tengo manía y uso las hojas sin cuidado porque, a esas alturas, me lo puedo permitir y cuando compro la nueva, me pasa todo lo contrario! Relleno los datos (incluso a lápiz) con buena letra, vuelvo a poner mi dirección, mi mail… y no abuso de las hojas de notas porque me tienen que durar un año.
Para mí el año empieza en septiembre. Es mi KM 0 particular. Mi momento para hacer listado de objetivos y propósitos. Mi momento para desechar o descartar lo que no he conseguido, lo que me turba o aquello que se repite en mi lista constantemente, año tras año y que nunca se cumple. Es quizás buen momento para rendirse y empezar otra batalla…
Septiembre es el recuerdo del inicio escolar, cuando los libros olían a nuevo, el material estaba todavía impecable, cuando querías volver a ver a tus amigos, ver qué tutor/a te había tocado… y mil ilusiones, que a unos les duraban más, y a otros menos…
Sin entrar en demasiados detalles, porque mis listas (laboral y personal) están todavía pendientes de pulir, os cuento que a nivel profesional -aparte de la gestión de dos nuevos espacios: Granja San Isidro y Mirador de Comedias-, estoy loca con nuestro nuevo taller de cocina. En estos momentos estamos ultimando detalles: final de obra, material, tipo de clases, profesorado, formación para empleadas de hogar, preparación de recetas (unas más tradicionales y otras más sofisticadas), decoración del aula… Nos hace mucha ilusión y es todo un reto para nosotras, del que os mantendremos informados. La idea es empezar en diciembre con menús navideños y continuar a partir de enero con el resto.
A nivel personal sigo en mis trece de cuidarme más, por dentro y por fuera. Esto implica más deporte y alimentación sana. Voy retomar el inglés, he perdido mucho por la falta de práctica (me di cuenta después de mi última cena con unos ingleses que, además de aburrida deben pensar que soy corta). Después de ver la película “El lado bueno de las cosas” pensé que debía apuntarme a baile. Hace un tiempo recibí clases de flamenco pero me apetece algo más nuevo (nada de cha-cha-chá, ni merengue… ya os contaré). Dicen que debo ser más cariñosa, yo no me doy cuenta (está en mi lista: SER MÁS CARIÑOSA)…
En fin, hasta ahí puedo leer!
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