Desde hace tiempo estoy fascinada con la idea de escribir un libro de recetas. Me preocupa que se pierdan las recetas antiguas, las de mi abuela, que no sepamos conservarlas tal y como las hacía ella. Sé que es difícil porque no tenemos tiempo-yo misma lo sufro- pero al menos debemos tener por escrito cómo hacerlo. Mi abuela cocinaba muy bien, nunca llegué a saber si era porque le gustaba o lo hacía por los demás, sobre todo por mi abuelo, al que le encantaba comer bien, hasta el punto de ser muy exigente, según me cuentan. De ella pasó a mi madre y a mi tía, y de ellas, a nosotras y a mis primas. Recuerdo los veranos en Denia, cuando llegábamos de la playa “Los Ángeles” en aquel Seat Ritmo marrón chocolate (por no decir otra cosa), con aire acondicionado (a condición de que bajásemos las ventanillas), nos duchábamos rápido en la manguera (nosotros, los pequeños) y subíamos a comer. Platos sencillos para verano pero muy bien cocinados: ensalada a la vinagreta, gazpacho andaluz con tostones y pimiento verde, tomates rellenos de atún y mayonesa, torta de cebolla y queso, salmonetes del “Cigala”, pechugas empanadas con anchoa y limón, pastel de merluza, albóndigas de la placeta, huevos fríos, ragout de ternera con aceitunas, roast beef con puré de patata… y de postre, solo melón o sandía de la huerta. Todos los días se comentaba si eran buenos o malos, mejores o peores que el día anterior, si la cosecha de ese año había sido buena o no tan buena…
Y así, comida tras comida, iba transcurriendo el verano…
Retomando mi idea del libro de cocina y buscando a alguien que lo coordinara, pensé en mi prima (C) por varios motivos: es de la escuela (ha vivido la cocina como nosotras), es metódica y ordenada para las recetas, y para todo, y está especializada en diseño gráfico, entre otras cosas. Lo siento (C), menudo muerto te ha caído!
La primera receta que me dejan compartir, después de mucho pelear, es el Apple Crumble. Es un postre que me encanta: barato y fácil pero no es bonito, aunque ya sabéis que la belleza está en el interior.
Ingredientes ( 4-6 personas):
8 manzanas Granny
2 cucharadas de azúcar
125 g de harina
95 g de azúcar moreno
100 g de mantequilla
Preparación :
Precalentar el horno a 180 grados
Pelar las manzanas y cortar en 8 trozos cada una. Meterlas en un cazo con 60 ml de agua (medio vaso pequeño) hasta que hierva. Entonces reducir el fuego al mínimo y esperar hasta que estén blandas. Sacarlas, escurrirlas y verterlas en un molde. Añadir dos cucharadas de azúcar blanco y remover la mezcla con cuidado.
Mezclar la harina, el azúcar Moreno y la mantequilla con los dedos hasta conseguir una masa gruesa tipo migas de pan.
Verter la mezcla sobre la manzana de forma uniforme hasta que quede completamente cubierta.
Hornear en el horno precalentado 20-30 minutos o hasta que la superficie esté crujiente y dorada.
Servir con nata o helado de vainilla.
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