Pensé que lo más difícil sería escribir, qué contar, cómo contarlo… Pensé que me pasaría como en el colegio y la universidad, que acababa de las primeras, que era más bien escueta, que me faltaba rollo… y justo, en una carrera de letras. Pues no, lo más difícil del blog ha sido y sigue siendo, encontrar buen material, buenas fotos… y para esto, no necesariamente hay que ser buen fotógrafo. A veces hay circunstancias ajenas a este arte que ayudan mucho. No sabes por qué una boda puede ser muy bonita y en cambio no reflejarse en las fotos, y viceversa. Ayuda que sea una decoración rompedora o diferente, la luz del día y con sol lo cambia todo, el tipo de iluminación si es por la noche, la decoración floral, el color de los manteles… y si con todo esto consigues buen material,  el texto pasa a un segundo plano.

Hoy os enseño el material de una boda de hace dos semanas. Fue una boda tipo cóctel, ya sabéis que me encantan, sobre todo por las mañanas y más en esta época que no hace ni frío ni calor (en teoría). Mi compañera Eva se dejó la piel con la decoración y es que estamos de estreno con material nuevo. Durante la semana nos iba contando en los desayunos que si un mueble nuevo, que si el mantel del buffet, que si las fuentes de barro…

Llegó el día, un sábado de marzo, y justo unos minutos antes de que llegaran los invitados paró de llover y salió el sol. El cóctel se sirvió entre el jardín y la bodega, había mesas dentro y fuera vestidas con nuestros manteles Liberty, conjuntos de muebles bajo un árbol con almohadones de colores, sombrillas para el sol… La decoración floral del taller de Clo fue todo un acierto; me gustó especialmente el bodegón de palets montado con cajas de limones, un montón de plantas aromáticas y búcaros de cristal con Paniculata.

Yo, desde los naranjos, veía cómo pasaban las bandejas de comida, veía los vestidos, los tocados, la gente sirviéndose… Lo que más triunfó de entre el aperitivo fue las mini quesadillas con crema de quesos y toque picante, las tartaletas de chipirones salteados con ajetes y los buñuelos de bacalao y piñones con salsa de pesto; arrasó el puesto de huevos de codorniz, sobrasada y migas de pastor, y el buffet de carrilleras salteadas con hortalizas de temporada, pasta fresca y cous cous. De postre, los gofres con chocolate son éxito asegurado pero a mí me vuelve loca la mini pavlova de crema de limón!

Gracias M Y A por dejarme colar en vuestra boda.