Llevamos veinte años montando mesas de boda. Veinte años desde que nuestra madre preparaba sus primeros encargos de navidad: trufados, tocinos de cielo, crêpes de marisco, roast beef… Veinte años y un montón de manteles, algunos de ellos bautizados con el nombre o apellido de la novia que los estrenó: Carolina, Portillo, María Noguera, Primavera, Carmencita, Gaudí, Liberty, Paula Llobet, Denia, Paz, Arena… Unos que triunfaron muchísimo, algunos olvidados, otros resurgidos tras varios años sin utilizarse, algunos imprescindibles…

20 años en los que todo ha cambiado. Desde esas mesas de aglomerado que se rompían con facilidad sujetas sobre caballetes, hasta las actuales de polipropileno fáciles, cómodas de montar y muy resistentes, pasando por las hechas de madera, normalmente alargadas y que no necesitan mantel. Viendo fotografías  antiguas, algunos montajes  los recordamos como lo más de los más en ese momento y sin embargo no tienen nada que ver con la decoración actual. Para empezar, el nivel de decoración floral a día de hoy, es insuperable, no solo en cuanto a flor sino también en cuanto a su diseño. El material de mesa también ha evolucionado mucho, se meten elementos decorativos, algún vaso de color, algún plato especial, bajoplatos diferentes, y por supuesto los manteles combinados en lisos y estampados.

20 años de historias sobre esas mesas, de historias de bodas…

Es imposible compartirlas todas, solo os dejo aquí una pequeña muestra de las más recientes. Espero que os gusten y que os sirvan de referencia, sobre todo,  para nuestros novios de 2015.